ANTIOXIDANTES NATURALES

Vitamina C (ácido ascórbico): Es uno de los antioxidantes exógenos más potentes, pero se oxida rápidamente con el aire, la luz y el calor. La vitamina C ayuda al desarrollo de los dientes , encías y huesos; a la absorción de hierro, a la producción de colágeno, metabolización de las grasas, a la cicatrización de las heridas, colabora en los procesos de desintoxicación del hígado, contrarresta los efectos de los nitratos en el estomago y ayuda al sistema inmune. Y los beneficios que puede aportar al deportista la vitamina C son: ayuda a que se recupere más rápidamente de la lesiones y heridas (al participar en la síntesis de colágeno, estimular el sistema inmune y ayudar a la cicatrización de las heridas), ayuda al desempeño correcto de aparato locomotor (al participar en la síntesis de ciertas proteínas y del cartílago) y ayuda a la producción de energía a nivel celular.

Alimentos ricos en vitamina C son: las frutas, verduras y hortalizas (cítricos, la fresa, el kiwi, melón, tomate, pimiento, coles, coliflor, etc).

Vitamina E (tocoferol) : Las funciones de la vitamina E en el organismo son: actuar como antioxidante, favorecer la regeneración de los tejidos, actúa en los procesos de cicatrización, interviene en la formación de los glóbulos rojos y ejerce un papel importante en la reproducción de algunos animales (entre ellos el ser humano), previniendo de abortos espontáneos. Los beneficios que puede aportar esta vitamina al deportista son: protección frente al dolor después del entrenamiento, ayudarle a recuperarse mejor de las lesiones y se cree que le puede aportar mayor energía al intervenir en la producción de ésta a nivel celular. Pero aún no hay estudios que demuestren que es eficaz su suplementación para aumentar el rendimiento de los deportistas. Fuentes naturales de vitamina E son los aceites vegetales y derivados de estos (como la margarina), granos de cereales, alubias secas, verduras y vegetales de hoja verde, frutos secos, pescado y carne (en el tejido adiposo de los animales).

Vitamina A (B-carotenos) : A parte de su acción como antioxidante la vitamina A tiene otras funciones en el organismo, como:

En el sistema óseo: es necesaria para el crecimiento y desarrollo de huesos.

En el desarrollo celular: esencial para el crecimiento, mantenimiento y reparación de las células de las mucosas, epitelios, piel, visión, uñas, cabello y esmalte de dientes.

En el sistema inmune: contribuye en la prevención de enfermedades infecciosas, especialmente del aparato respiratorio creando barreras protectoras contra diferentes microorganismos. Estimula las funciones inmunes, entre ellas la respuesta de los anticuerpos y la actividad de varias células producidas por la medula ósea que interviene en la defensa del organismo como fagocitos y linfocitos. Por ello promueve la reparación de tejidos infectados y aumenta la resistencia a la infección.

En el sistema reproductivo: contribuye en la función normal de reproducción, contribuyendo tanto a la producción de esperma como al ciclo normal reproductivo femenino.

En la Visión: es fundamental para la visión, ya que contribuye a mejorar la visión nocturna, previniendo de ciertas alteraciones visuales como cataratas, glaucoma, perdida de visión, ceguera crepuscular, también ayuda a combatir infecciones bacterianas como la conjuntivitis.

La vitamina A se encuentra mayoritariamente en la materia grasa de ciertos alimentos de origen animal como carnes, hígado, yema de huevo, leche, mantequilla, queso y nata. Por otra parte los betacarotenos, se encuentran en las frutas, las verduras y hortalizas, especialmente en la zanahoria, tomate, cítricos, calabaza, albaricoque, melon, las partes verde de las verduras, etc.

Polifenoles: Dentro de los polifenoles, los compuestos con mayor actividad antioxidante son los flavonoides. Los efectos clínicos de los flavonoides en el organismo son: antiteratogeno, antitrombogénico, antiinflamatorios, antitumoral, antiostoporotico y antiviral.

En estudios recientes se ha observado que tiene una mayor actividad antioxidante cuando se administran combinados distintos tipos de flavonoides que cuando se dan cada uno por separado.

Se encuentran en alimentos tales como: los aceites vegetales, frutas y vegetales, así como en determinadas bebidas como la cerveza y el vino (sobre todo el tinto).

Selenio: Además de actuar como antioxidante, estimula el sistema inmune (aumentando la producción de anticuerpos, aumentando la capacidad fagocitaría de los neutrófilos, aumentando la proliferación de los linfocitos T y B en respuesta a antígenos, aumenta la resistencia a las infecciones bacterianas y virales,etc); por todo esto es importante en el tratamiento de enfermedades tales como el SIDA y la hepatitis B y C), neutraliza el efecto tóxico de algunos metales pesados (mercurio) y previene de las mutaciones del ADN. Disminuye el tiempo de recuperación de las lesiones y ayuda a evitar que éstas se formen. Alimentos ricos en selenio son: atún, pan integral, huevo, carne, queso, arroz, cereales de desayuno, miel, leche, brécol, naranjas, judías, etc.

Hierro: A parte de sus funciones como antioxidante, participa en la formación de la hemoglobina, transporta el oxigeno por la sangre hasta los tejidos y también es importante para el buen funcionamiento de la cadena respiratoria. Alimentos ricos en hierro son: la sangre de la carne, la carne. las vísceras, los

crustáceos (almejas,berberechos,mejillones), las legumbres, los frutos secos, las espinacas, etc.

Zinc: El zinc por su participación en la síntesis de proteínas y colágeno, tiene influencia en la capacidad de regeneración y recuperación de las lesiones

musculares que pueda sufrir el atleta, y por su participación en el mantenimiento del equilibrio ácido-base de los líquidos corporales tiene influencia en la capacidad de

recuperación del deportista tras el esfuerzo. Además el zinc juega un papel importante en la actividad muscular, en la capacidad de esfuerzo del músculo, siendo vital en ejercicios de resistencia. Es aportado en la dieta, principalmente a través de alimentos como: los cereales enriquecidos, carnes rojas y ciertos productos marinos.